EN FUNCIÓN DE LA MUERTE
Teniendo en cuenta esa visión ordenada del mundo egipcio, y su vida, en torno a la religión, la espiritualidad y las grandes costumbres rituales que disponían todo un mundo de total abundancia y comodidad después de la muerte, surgió una amplia especialización y división del trabajo, un arte exclusivo, no libre, y una gran producción monumental que se ejecutaba en función de lo místico y ceremonial.
la ceremonia de apertura de la boca
Ya que los más fervientes consumidores de las obras de arte eran la iglesia y los príncipes, se encargaron de establecer toda una “industria” artística sacramental en sus talleres, donde la productividad giraba alrededor de los objetos que acompañarían a los inmortales en su eternidad, debiendo ser representaciones sublimes y rigurosamente elaboradas. Estas creaciones debían regirse a las normas e imposiciones establecidas por los sacerdotes y dioses, lo que subyugaba al artista, impidiendo su libertad de expresión. Si es cierto que el antiguo arte egipcio es sumamente elaborado, uniforme y preciso, y que su caracterización yace en lo místico, su homogeneidad es excesiva.
Sacerdote egipcio
“el arte egipcio es soporte de toda una iconografía religiosa y de poder. La imagen encierra toda una simbología que la exime de cualquier función estética. Se trata de transmitir el mensaje de la forma más clara posible. Por eso nunca se liberaron de la imagen conceptual, de la técnica completiva por la que el retrato se compone de varios elementos mentalmente unidos y ópticamente incoherentes. Por eso también renuncian a la perspectiva, para dar más claridad al mensaje. Por eso en escultura la frontalidad es sagrada, con unas reglas fijas que se repiten.”[1]
Tanto la pintura como la escultura manejaban estos cánones de frontalidad y geometrismo. En la arquitectura, se reflejaba aun más esa austeridad formal. Las preciadas construcciones sacramentales, tumbas donde yacían los más poderosos con toda su ostentación hasta la eternidad eran denominadas mastabas. Grandes construcciones en ladrillo y posteriormente en piedra, encontrando en su interior unos laberintos que escondían las cámaras donde permanecían los grandes tesoros con los que eran enterrados los dioses, las cuales eran selladas para evitar los saqueos. Estas monumentales construcciones formalmente simétricas, albergaban toda esa vida que se pretendía después de la muerte; objetos, estatuas, utensilios, obras de arte completas, representaciones de la vida cotidiana talladas sobre los bloques de piedra, una especial muestra de las técnicas que practicaban los artistas al igual que todas las riquezas obtenidas eran enterradas con los cadáveres momificados de los faraones. La Gran Esfinge, y restos del templo nuevo. Detrás, la pirámide de Kefrén.
Mastaba en dos pisos
Todo este lujo del que se dotaba a los muertos, las creencias un tanto absurdas que puedan parecer hoy día, tienen una explicación cultural, esta riqueza ideológica tiene una razón de ser, siempre aferrada a creer en algo, en el caso de Egipto y Mesopotamia, esa existencia después de la muerte era lo más preciado e importante en su contexto, y de la única manera que la muerte pudiera llegar era no conservando sus tesoros y principalmente los cuerpos de los dioses, de allí surge la momificación. Todo ese cuidado, esa precisión y exactitud con la que era realizado cada artefacto, utensilio, obra artística y construcción colosal es de admirar, gracias a ello surgieron muchos avances en la humanidad. Todas estas creencias, este misticismo que encierra la cultura egipcia y mesopotámica fascinan aún a muchos, ese viaje al más allá, ese naturalismo de sus representaciones artísticas, y las sofisticadas técnicas de construcción que aún persisten, dan muestra de una civilización puramente organizada, estricta, que independientemente de la austeridad con la que se haya desarrollado, hizo grandes aportes convirtiendo así a Mesopotamia en la cuna de la civilización, y a Egipto en uno de los mas impetuosos países del mundo antiguo.
Shu “Luz”, es una deidad cósmica, que personifica el aire atmosférico y la luz, según la mitología egipcia.
Todo este lujo del que se dotaba a los muertos, las creencias un tanto absurdas que puedan parecer hoy día, tienen una explicación cultural, esta riqueza ideológica tiene una razón de ser, siempre aferrada a creer en algo, en el caso de Egipto y Mesopotamia, esa existencia después de la muerte era lo más preciado e importante en su contexto, y de la única manera que la muerte pudiera llegar era no conservando sus tesoros y principalmente los cuerpos de los dioses, de allí surge la momificación. Todo ese cuidado, esa precisión y exactitud con la que era realizado cada artefacto, utensilio, obra artística y construcción colosal es de admirar, gracias a ello surgieron muchos avances en la humanidad. Todas estas creencias, este misticismo que encierra la cultura egipcia y mesopotámica fascinan aún a muchos, ese viaje al más allá, ese naturalismo de sus representaciones artísticas, y las sofisticadas técnicas de construcción que aún persisten, dan muestra de una civilización puramente organizada, estricta, que independientemente de la austeridad con la que se haya desarrollado, hizo grandes aportes convirtiendo así a Mesopotamia en la cuna de la civilización, y a Egipto en uno de los mas impetuosos países del mundo antiguo.
El libro de los muertos
FUENTES
http://sobreegipto.com
http://www.taringa.net/posts/info/1222548/Pir%C3%A1mides-y-la-Esfinge-de-http://clio.rediris.es
http://sobrehistoria.com/la-aparicion-de-las-piramides-de-egipto/
http://www.astroyciencia.com
http://arssecreta.com/?tag=iconografia
http://www.tudiscovery.com/egipto/sacerdocio/index.shtml
http://www.egiptoforo.com/antiguo/Arquitectura
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